El fin de la poda de los rosales persigue cuatro objetivos principales:
- Dar al rosal una forma equilibrada
- Asegurar un reparto de todas las ramas creando un armazón armonioso
- Tener un rejuvenecimiento anual
- Conseguir una abundante y bella floración
Existen gran cantidad de especies e híbridos de distinto tamaño, hábito y floración y la poda deberá adaptarse a cada una de ellas. Obtener el máximo de floración y el mayor valor ornamental depende de adaptarse a cada especie o variedad. En la Montaña Pañentina, donde nos encontramos, hemos decidido podar los rosales a mediados de Febrero , cuando parecen haber pasado las fuertes heladas invernales y aún no han brotado las primeras yemas.
Mucha gente utiliza el calendario lunar y realiza la poda de sus rosales coincidiendo con el cuarto menguante...A continuación vamos a describir la poda de los tres tipos de rosales más frecuentes.
ROSALES ARBUSTIVOS
rosal arbustivo; se encuentra en la plaza de la cruz.
ROSALES DE PIE BAJO
Se llama rosales de pie bajo a los que adquieren un desarrollo menor y un porte menos erguido que los arbustivos. Son los que habitualmente encontramos en los jardines. Se podan en forma de vaso, para ello hay que dejar de tres a cinco ramas bien formadas y vigorosas; las mejor situadas. Se eliminarán las ramas viejas y las más finas. Si nos interesa que tengan mayor altura, se realizará una poda alta, subiendo cada año el nivel de la poda del año anterior. A estas tres o cinco ramas que dejamos, se les hace una poda corta, es decir, podamos dejando tres o cuatro yemas, y si queremos un a poda más larga, dejaremos seis o siete yemas dependiendo del vigor del rosal.
Rosal de pie bajo; en la plaza de la cruz..
ROSALES TREPADORES
La floración de los rosales trepadores se obtiene en la madera del año, por lo cual es conveniente podarlos en parada vegetativa. Como rosales de tallos largos que son, se hacen ideales para cubrir muros. La poda se realizará dejando como base cuatro o cinco ramas principales, que se colocarán en forma de abanico guiandolas sobre el muro. Los amarres deben ser fuertes y tener cuidado de no estrangularlos tallos. Lo ideal es dejarlos a una altura de cuatro o cinco metros ; no es aconsejable podarlos desde muy abajo, ya que tienden a rebrotar con mucha fuerza. Hay que eliminar las flores marchitas con regularidad para estimular la siguiente floración.
rosal trepador; situado en la subida de la iglesia |
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